Frase del Mes

"Recordatorio por Gabriel Garavito,
D.E.P. 23-10-2009;
Espéranos dónde te encuentres..."

martes, 10 de marzo de 2009

Día 20 - Ó a qué se le llama una putada

Me desperté feliz aquel día. En realidad, no he ido mucho al cine en toda mi penosa vida, por eso me sentía más dispuesto que normalmente. Lo bueno de estar expulsado es no tener que preocuparse por la hora de levantarse (y menos cuando tu hermana tiene colegio, tu padre no está y tu madre lleva a tu hermana y se olvida de ti), aunque, en verdad, en mi caso, todo era bueno. Y, aquella mañana de Martes, estaba eufórico.

Me lo tomé con calma. No eran ni las doce y cuarto y los demás no saldrían de clase hasta las dos y media. Desayuné dos polisaturadas napolitanas industriales del Mercadona y un té inglés preparado con paciencia... Delicioso. Me di una buena ducha, gastando todo el agua caliente del termo mientras escuchaba "The Seven Angels" de Avantasia. Después, me vestí y esperé a la hora citada (tres) viendo porquería en la tele. Cuando llegó la hora, oí el timbrazo en el móvil.

En el centro comercial (concretamente en el Burguer) me esperaban Marta y Miguel. Carlos no podía venir (algo comprensible pues su abuela había muerto en la madrugada, aunque no quiso que lo acompañáramos...) y había que esperar a Clara. Al llegar ella, me quedé pasmado. Iba radiante, hermosísima [perdonad esta pequeña vena de amor...], no podía concebir que yo tuviese tanta suerte. Bueno, me estoy desviando; Una vez Clara hubo llegado y después de que hubiéramos expresado nuestro malestar por la falta de Carlos, entramos en el cine, gracias a la ayuda del familiar de Miguel.

La película ("Crepúsculo") era un auténtico coñazo, pero Clara y Marta querían verla a toda costa. Lo irónico de todo esto es que Clara (la que tanto quería verla), digamos que ni la veía, ni me dejaba verla (cosa por la que le estoy bastante agradecido). Más o menos a la mitad de la película, Clara sacó un pequeño envoltorio cuadrado (todos sabemos lo que era, aunque para los más cortos diré uno de sus varios nombres: profiláctico) y me insinuó que , a lo mejor, tenía ganas de ir al baño. Todo hubiera ido sobre ruedas si el "inteligente" de Miguel hubiese aguantado el mono y no hubiese encendido un porro en mitad de la sala, cinco minutos antes. En ese momento entraron los de seguridad y, muy "objetivamente" nos echaron a Miguel y a mí de la sala. Justo antes del registro (al que podía haberme negado, bien por mi...) recordé que llevaba los 20€ de maría que Miguel me había pedido. Así acabamos Miguel y yo, el "fumao" y yo, ardiendo (no de fiebre exactamente), en un calabozo mientras esperaban a nuestros familiares.

Mi hermano me recogió y cuestionó mi capacidad intelectual al encender un "petardo", como él lo llamó, en mitad del cine. Por suerte, mi madre sólo me castigó hoy y mañana sin salir (los únicos días que no trabajaba este mes) y yo tuve que hacerme un apaño para bajarme la tensión (una gran putada por cierto). Esperemos que el Viernes retomemos la historia...